Sin participación ciudadana y articulación de la
Sin participación ciudadana
y articulación de la lucha social,
no habrá nuevo modelo de integración.
Tras tres décadas de resistencia a la violenta imposición de la privatización en América Latina y el Caribe, los trabajadores de la energía de la región, hemos decidido constituirnos en Frente Social Energético para confrontar al neoliberalismo, en el escenario internacional y de cara a los pueblos: dueños del recurso y contribuyentes de la factura energética.
El impacto demoledor de la privatización en la región, exige la construcción de un sólido tejido social, capaz de contener las tres aristas de la estrategia energética del Consenso de Washington: la especulación, la guerra y la pauperización de las condiciones de vida de trabajadores y población.
La energía es un derecho fundamental cuyo acceso a la población debe garantizarse a través de empresas estatales bajo control de trabajadores y ciudadanos. Luchamos contra la privatización y por la renacionalización del sector.
La energía en tanto que bien común, no puede ser defendida exclusivamente por los trabajadores del ramo. Las experiencias victoriosas contra la privatización de este recurso, pasan necesariamente, por involucrar a la población en su defensa.
Bien común que debe convertirse en motor de la nueva integración que esta surgiendo en el continente, mediante la redistribución de su renta en la generación de empleo digno y justicia social, bases fundamentales de un modelo económico sustentable.
Nos corresponde ser cuidadosos en los temas de esta integración, valorar sus avances, vacíos y desafíos; tener en cuenta el impacto social en los convenios comerciales entre Estados, e integrar en ellos a trabajadores y población para democratizarlos.
Por su doble connotación la voz ciudadana es obligatoria en la elaboración de la nueva propuesta energética para la región. Dado que el ciudadano, en tanto que población es dueño del recurso y en tanto que consumidor, es quien paga la especulación energética.
La articulación de la participación ciudadana y la lucha social, en la que los trabajadores de la energía estamos inmersos, será imprescindible para consolidar y avanzar en la construcción democrática de la región y para garantizar la paz.
Paz regional y mundial amenazada desde la estrategia de guerra por el control de los recursos energéticos del planeta, en beneficio de las transnacionales del ramo, que gracias a la especulación reportan ganancias exorbitantes e históricas.
Especulación que anima la guerra y que pauperiza las economías nacionales y las condiciones de vida de trabajadores y población a escala global.
Intercambiar experiencias con otras regiones del mundo, tanto productoras como consumidoras de energía, será el camino hacia la globalización de nuestra lucha contra el modelo energético neoliberal.
El “II Foro de trabajadores de la energía de América Latina y el Caribe”, a realizarse del 2 al 4 de mayo en Ciudad de Méjico, será un excelente espacio en el que trabajadores y consumidores de la energía a nivel regional y mundial, tendremos mucho que aportar.
Freddy Pulecio
Comisión internacional de la USO
